¿Cómo entender esta medicina milenaria desde una mirada occidental? Hay que considerar que ésta fue descrita en otros tiempos y desde una mirada diferente, en que la observación del universo y su relación con la persona se llevaba toda la atención y su explicación obedecía a una cosmovisión, con sus propios códigos, tiempos y lenguajes, que para nuestra cultura puede parecer más un discurso romántico que científico (y no es el foco de este artículo, ¡aun cuando es fascinante!, el discutir “qué es ciencia”).
Observar, oler, tocar, escuchar, tenía tanta importancia como hoy lo tienen los exámenes y cada detalle recogido iluminaba y delineaba el camino terapéutico a proponer.
Primero fueron los puntos de acupuntura, cavidades donde “algo sucedía” cuando se estimulaba con piedras, masaje, calor o frío y con el tiempo la observación llevó a describir verdaderas vías de pasaje de la energía que se mostraba en estos sitios donde se manifestaba, concentraba y transmitía la energía.
A esos pasajes los llamamos meridianos y aunque pareciera que circulan cada uno en dirección propia, la verdad es que al estar interconectados llegan a formar una red.
Con el tiempo, la observación y la práctica se fue diseñando un sistema de medicina que incluía el cuerpo, la mente y las emociones que se veían afectados no solo con lo cotidiano, sino también con las variaciones de las estaciones del año, la luz, la alimentación, el trabajo y descanso, las experiencias vividas y un largo etcétera que incluiría cada aspecto de nuestro estar en este planeta.
La intención en esa época era regular el organismo para que pudiera mantenerse en un equilibrio que era descrito como salud/bienestar.
Hoy la intención es la misma, solo que ahora sabemos que lo que se genera es un estímulo que promueve la autorregulación del cuerpo.
Si quisiéramos describirlo en términos científicos y actuales (desde el pensamiento racional-reduccionista) diríamos que la estimulación con acupuntura de las fibras nerviosas periféricas envía impulsos a la médula espinal y activa varios centros en el cerebro, donde se liberan neurotransmisores que ejercen un efecto homeostático en todo el cuerpo.
Modula la actividad neural en el diencéfalo y ejerce influencia en las funciones autonómica, endocrina e inmune a través del eje hipotálamo-hipófisis-adrenal, regulando la liberación circadiana de ACTH, vasopresina y cortisol, conduciendo igualmente a la homeostasis.
Me gusta la visión antigua, la que de manera simple te enseña que desde el escuchar y observar al consultante, en su totalidad, la o el terapeuta podrá acompañar el proceso de salud, diseñando la forma en que logrará despertar al cuerpo para que pueda ser activo en su propia recuperación. Si tu terapeuta logra descifrar el universo individual que tú eres, llegará a crear un “espíritu de tratamiento”, como un artesano diseña una pieza única, especial y a medida, así será tu tratamiento.
Si tu búsqueda va por una terapia que abarque tu cuerpo, mente y emociones a la vez, si quieres trabajar para ocuparte desde el origen de tu enfermedad y no solo desde los síntomas, si crees que tus experiencias han condicionado de alguna manera tu salud/bienestar, si estás dispuesto a ser activo en tu recuperación, si sientes que necesitas escuchar a tu organismo, si crees que ha llegado el momento de abordarte desde una mirada completa, si quieres darte una oportunidad para generar cambios en ciertos hábitos, si estás dispuesto a observarte, a escucharte, a ser constante y a volver tu mirada un poco más hacia tu interior, entonces sí, la medicina china puede ser una buena alternativa para ti.
Muchos consultantes llegan a una terapia de acupuntura luego de sentir que nada les ha devuelto su bienestar y este es el último recurso, ya dispuestos a lo que sea para estar mejor. ¡La última alternativa es justamente la que en occidente llaman medicina alternativa! Pero ojo, alternativa a un modelo que se propone como el oficial. ¿Y si ésta no fuese alternativa, sino que coexistiera con nuestra forma de entender el proceso de salud?
No importa si crees o no, es más, no necesitas creer en ella para que tu organismo reciba la ayuda. Siempre la medicina china será un aporte en tu camino de recuperación, si no logra serlo en la totalidad de lo que ahora te aqueja, seguramente en algo hará una diferencia y, ese pequeño universo individual que eres, de alguna manera, se verá beneficiado. Con sólo tomarte un tiempo para mirar tu interior y hacerte consciente de como tu vida, tus hábitos y tu entorno han influido en tu condición general, ya has ganado.
Detenerte para repasar tu camino, mirarlo y acomodarlo según tus necesidades es tal vez lo que harías si estuvieras de viaje de vacaciones, la medicina china te invita a hacerlo en el día a día, en este viaje que es tu vida.
Prof. de Educación Física
Terapeuta en Medicina Tradicional China
Instructora de Chen Taiji
@acupuntura.china