Es probable que alguna vez hayas oído que los estilos de vida influyen en nuestra salud mental; es por este motivo que las y los profesionales de la salud recomiendan hacer ejercicio, mantener una higiene de sueño, manejar adecuadamente el estrés e incluso se menciona con habitualidad que es importante llevar una alimentación balanceada.
Ahora bien, cuando hablamos de alimentación, quisiera hacer hincapié en la relevancia que tiene el campo de investigación de la Psiquiatría Nutricional, que ha descubierto – entre otras cosas – que la alimentación influye en el estado de ánimo, las emociones y también en algunos diagnósticos como la depresión y la ansiedad. Aunque en la práctica clínica (y nuestra vivencia cotidiana) esto es algo que seguramente ya sabías, es, por supuesto, una increíble noticia para las profesionales de la salud que acompañamos a consultantes que poseen alguno de estos diagnósticos, e igualmente importante para las personas que buscan cuidar de su salud mental. Es por este motivo que en la consulta de medicina, psiquiatría o psicología, tu terapeuta podría indagar en los alimentos que consumes en tu vida diaria, y sugerirte algunos ajustes pensando en complementar el tratamiento que estés llevando.
Pero ¿en qué consiste esta alimentación? Pues bien, ya voy a llegar ahí, permíteme contarte algo antes de pasar a ese punto.
Hace ya varios años, sabemos por la evidencia científica que el cerebro posee neuroplasticidad, que es la capacidad de formar nuevas conexiones nerviosas en respuesta a diversos estímulos, conexiones que son fundamentales para un buen funcionamiento cerebral, y en especial para recuperar su salud mental. Es así que el cerebro posee un tremendo potencial en la medida que cuente con condiciones idóneas para ello, es allí donde aparece la importancia de nuestro estilo de vida y en ello también lo que comemos.
Existen muchas propuestas y líneas de alimentación, las cuales siempre ponemos en perspectiva y elegimos en conjunto con cada consultante, según sus posibilidades, sistema de creencias y lo que creemos le será más beneficioso en ese momento en particular de su vida. Hoy tomaré una de esas perspectivas, que es la de la Psiquiatría Nutricional. Aquí, la recomendación es disminuir la inflamación de nuestros órganos a través de la alimentación. Pero ¿en qué consiste esto?, la indicación principal es modificar una dieta alta en alimentos ultra procesados por una que contenga alimentos naturales, que tengan los nutrientes que requiere nuestro cerebro para hacer la mejor dirección de orquesta. Esta dirección de orquesta es especial, ya que es compartida por el intestino quién es considerado en la actualidad como “un segundo cerebro”, el cual se conecta con el cerebro en una relación denominada “eje intestino-cerebro”. Pero bien, el fin de este escrito no es hablar de ello, así que en otra ocasión te compartiré fascinante información sobre ello.
Entonces, ¿qué comemos si deseamos tener una mejor salud mental?
Según el Dr. Ramsey (2021) existe evidencia contundente respecto a que una dieta mediterránea anti-inflamatoria es la que aporta los nutrientes necesarios para disminuir sintomatología depresiva o ansiosa.
Quizás te suene a que no es ninguna novedad lo que estoy diciendo, ya que hace muchos años se habla de lo favorable que es llevar una dieta mediterránea, sin embargo, lo relevante es que hoy existe evidencia clínica y científica al respecto, por tanto, no son sugerencias antojadizas o basadas en una “moda”.
El Dr. Ramsey plantea que existen doce nutrientes fundamentales para el cuidado de la salud mental y prevención de la depresión y ansiedad: Vitaminas A, B1, B6, B9, B12 y C, la colina, el hierro, zinc, ácidos grasos omega 3, magnesio, potasio y selenio. Él propone una dieta donde se incluyan cotidianamente:
- Frutas y verduras multicolores
- Huevos y lácteos de calidad
- Legumbres
- Carnes rojas y blancas de calidad
- Semillas de sésamo y calabaza
- Frutos secos
- Chocolate con alto porcentaje de cacao (sobre 70%)
- Mariscos y pescados de calidad
- Fermentados como chucrut, yogurt de pajaritos o kombucha (té fermentado), por nombrar algunos.
Ahora bien, si te parece interesante esto que plantea el autor y deseas hacer cambios en tu alimentación, como toda indicación que influye en tu salud, debes consultar con tu Médicx, ya que dependiendo de tu situación personal, las indicaciones pueden variar. Esto, adaptándose a tus necesidades, condición y por supuesto también a tus preferencias. Luego podrás recibir un plan de alimentación ajustado a ti indicado por Nutricionista, y como Psicólogxs podemos apoyarte en el proceso de integrar modificaciones en tus hábitos.
La consulta psicológica en este ámbito se basa en un acompañamiento reflexivo donde analizamos las emociones y conductas que nos llevan a mantener hábitos poco saludables para buscar estrategias y una mejor gestión emocional que te permitan hacer cambios de manera paulatina, y por sobre todo respetandote a ti mismx y tu historia que te ha llevado a sostenerlos en el tiempo.
Referencias:
Ramsey, D (2021) Comer para vencer la depresión y la ansiedad, editorial planeta, Barcelona.
Garcés-Vieira MV, Suárez-Escudero JC. Neuroplasticidad: aspectos bioquímicos y neurofisiológicos. Rev CES Med 2014; 28(1): 119-132.
Escrito por la psicóloga Natalia Mondaca