Para conmemorar este Día 1° de octubre, definido desde 1990 por la ONU, que pone en el centro a las personas mayores, con el objetivo de subrayar a esta población -cada vez más numerosa (alcanzamos un 17% en nuestro país)- reconociendo sus contribuciones a sus familias, comunidades y a sus países y responder a sus crecientes demandas, hemos considerado pertinente poner el foco en algunas dimensiones vitales para las personas mayores de 60 años.
Desde ya adoptamos el enfoque de envejecimiento activo/saludable, que integra dimensiones cruciales para estas etapas de la vida. Para ello utilizaremos la definición de la Organización Mundial de la Salud (2015), que es referencia en nuestras instituciones que abordan a esta población (Ministerio de Salud, Servicio Nacional del Adulto Mayor) y que alude a los : “procesos de optimización de las oportunidades de salud, participación y seguridad, con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen, siendo claves la promoción de autonomía e independencia” y todo esto en el marco de derechos establecidos en la Convención Interamericana de Protección de los Derechos de las Personas Mayores (2017), que aseguren envejecer con dignidad. Entenderemos por Autonomía “la capacidad de las personas para tomar decisiones, actuar y controlar la propia vida, así como asumir las conciencias de las mismas, en tanto Independencia se refiere al desempeño independiente de las personas en sus actividades diarias, sin que sea necesario la ayuda de otros”( Fundación Matia, 2014).
Para ello, resulta relevante reconocer las modificaciones que hemos experimentado a lo largo de nuestro ciclo vital, algunos deterioros que podamos tener, así como honrar el bagaje de conocimientos y experiencias con que contamos. Asumir la singularidad de las trayectorias seguidas y la aceptación de la vejez y sus dilemas, incorporando el influjo de los contextos en que nos hayamos desarrollado. Y muy significativamente, realizar un examen de nuestras vidas, de manera serena, para abordar las posibilidades durante nuestras vejeces.
En este examen, existen los llamados factores protectores propuestos por G Zarebksi, en versión propia, a considerar sobre los 60 años:
1.CONGRUENCIA: riqueza interior con externidad envejecida. Es decir, hacer coherentes nuestra propia subjetividad, los llamados del corazón – mente- cuerpo y espíritu asumiendo los años que tenemos como personas mayores y con las señas del envejecimiento, incluidos ciertos declives.
2.FLEXIBILIDAD: adaptación a los cambios, a escenarios muy complejos, a niveles familiares y societales.
3.REFLEXIÓN – AUTOINDAGACIÓN: aprovechar nuestras capacidades de introspección, para mirar nuestra vida, revisar y proponernos nuestro sentido existencial para estas décadas, que afirme el propósito significativo de vivir en nuestra vejez.
4.RIQUEZA PSÍQUICA: contamos con la riquezas de nuestros mundos internos y capacidades, con las posibilidades de las creatividades, que pueden seguir siendo cultivadas o encontrar nuevas formas para seguir creciendo en nuestra humanidad.
5.AUTOCUIDADOS – AUTONOMÍA: como ya se ha mencionado, la autonomía es un elemento central a desarrollar, y con el componente de al hacernos cargo de nosotr@s mism@s, cuidar nuestra salud integral, con estilos de vida saludables, reforzando nuestra dimensiones cognitivas y sociales.
6.DIVERSIFICACIÓN DE VÍNCULOS E INTERESES. No un “único bastón”. Es muy interesante pensar que con la llegada a los 60s, 70s y 80s no se limitan nuestros intereses y vínculos. En algún punto se redefinen, se seleccionan, se modifican, respondiendo a nuevas necesidades internas de las que nos hagamos conscientes. Así como evitar el sobrecargar a una única persona o la atención a una sola tarea para la satisfacción de nuestro bienestar. Asimismo, proveernos de relaciones vitalizantes, amistades, por ejemplo, es una de las claves para mantenernos de buena salud, así como la participación en grupos y actividades que nos convoquen.
7. APROXIMACIONES POSITIVAS A VEJEZ Y AL ENVEJECIMIENTO. Desafiando las discriminaciones imperantes, incluidas las del edadismo/viejismo, podemos darnos el permiso de vivir de manera saludable la vejez y el envejecimiento, que implica, de acuerdo a evidencias actuales, expectativas de vida sobre los 80 años.
8. POSICIÓN ANTICIPADA A FINITUD Y MUERTE. SENTIDO DE TRASCENDENCIA. Un desafío que podemos afrontar, más cotidianamente, es el de aceptar nuestra finitud. Que podemos morir dado que estamos viej@s, más aún si tenemos algunas enfermedades (a las que debemos atender con tratamientos pertinentes) no obstante, podemos cerrar procesos y elegir esos sentidos de vida globales, que pueden ser un legado para nuevas generaciones, en los tiempos que dispongamos; viviendo de modo más presente, con la atención plena en el día a día y cultivando nuestras moradas internas.
En esta idea, tal como plantea la maestra Susan Moon existen “Cuatro prácticas que pueden ayudar a las personas mayores, en su devenir, hasta el último suspiro :
1. Observar. Esto es lo que está pasando.
2. Adaptarse. No repetir lo que haces siempre.
3. Soltar. Si no puedes dejar de repetir lo que haces siempre, ¡suelta! y
4. Aceptar. Como dije, observar lo que está pasando”.
Para finalizar, conmemorar este día y los que sigan es una invitación a dar visibilidad a las personas mayores con sus conocimientos y sabidurías, a contribuir a su bienestar y calidad de vida y a incluirles en asuntos que les atañen, integrando ese aspecto central, a delinear con calma y con los elementos que requieran o reforzar, sus sentidos de vida, que en general implican a otr@s human@s en esos propósitos.
Psicóloga Ana Cáceres Orellana
Referencias.
Convención Interamericana de Protección de los Derechos de las Personas Mayores (2017). OEA Fundación Matia
Zarebski, Graciela: “Hacia un buen envejecer”. Divulgación EMECE. 1999
Cruz, Alfonso: “La vejez positiva”. Editorial el Ateneo. 2015
Moon, Susan:” Vivos hasta el final”.2023. Editorial Maitri
Que hermosa publicación, llena de de reflexión e información interesante, creando conciencia en torno a las personas mayores. Ana, usted es la mejor psicóloga del mundo mundial.