¿Sirve el Qi Gong para ayudar a mejorar cualquier dolencia, desde una jaqueca hasta algo más complejo?
Yo te diría que, en lo esencial, sí, pero la respuesta correcta desde la medicina china es que siempre va a depender, tanto de las causas como de la fase en que se encuentre la alteración del equilibrio energético. En una fase inicial la respuesta puede ser sí, pero si ya se ha afectado un órgano interno, probablemente va a ser necesario recurrir a la acupuntura y a la fitoterapia para regular el Qi. Naturalmente que en muchos casos se puede requerir la integración con herramientas de la medicina alopática. Luego, el Qi Gong para mantener y aportar a la recuperación.
Pero es muy importante mencionar que, en el tratamiento de cualquier dolencia, se requiere que quien la padece asuma una actitud activa durante el proceso curativo. Esto que puede parecer obvio, pero no lo es cuando no se tiene la fuerza de voluntad y confianza en la recuperación. Así como es frecuente que las personas interrumpan su tratamiento medicamentoso cuando se sienten mejor, en el caso de acudir a Qi Gong se hace necesario vencer la impaciencia y, en consecuencia, con el enfoque de la Medicina Tradicional China (MTCH), disponerse a modificar los hábitos de alimentación, de trabajo y descanso, etc., según sea el caso.
¿Cuáles son las áreas de la salud donde se ha desarrollado más investigación con relación a los aportes del Qi Gong?
En el tratamiento de enfermedades cardiovasculares, afecciones respiratorias, cáncer y enfermedades crónicas. Pero la práctica permanente del Qi Gong tiene beneficios en diversos aspectos de la salud de las personas: activa la circulación sanguínea y la capacidad pulmonar; los movimientos ejercitan la musculatura y aumenta la flexibilidad, previene y alivia los problemas articulares; mejora la concentración mental; favorece la calidad del sueño; induce un estado de mayor calma disminuyendo el estrés y la ansiedad; favorece mantener hábitos saludables y, lo mejor de todo: se adapta a cualquier edad y condición física.
Hoy se hace mucho énfasis en la prevención, sobre todo en Medicina Integrativa. En esta línea, ¿el Qi Gong sería de carácter más preventivo que curativo?
Así es, porque el foco de la MTCH está en la prevención y la manera de prevenir considera el estilo de vida de cada persona, su alimentación, el entorno, el aire, etc. Esto tiene que ver con la visión de que los seres humanos somos parte de la naturaleza y nos regimos por las mismas leyes. Por ejemplo, la sucesión natural de las estaciones del año hace que nuestro cuerpo se adapte a los cambios estacionales por medio de diversos mecanismos fisiológicos. El cuerpo humano se ajusta a la alternancia del día y de la noche y parte de la prevención es funcionar con los ciclos de la naturaleza, por ejemplo: En verano te puedes acostar más tarde, mientras que en invierno lo haces más temprano. Este enfoque reconoce la importancia de estar conscientes de los ciclos de la naturaleza en el cuidado de nuestra salud.
Yo diría que, en general, la MTCH busca intervenir antes de llegar a que se desencadene un desequilibrio más serio, o lo que en nuestra cultura llamamos enfermedad. Desde la antigüedad, se considera que un buen médico es el que evita que la persona se enferme.
¿Y cómo se lleva la MTCH con los avances tecnológicos médicos?
Aun cuando hay diferencias entre la manera de abordar la salud desde la MTCH y la mirada alopática, la primera ha incorporado la tecnología con una mayor apertura en comparación con el crédito relativo o la inclusión de la acupuntura en el concepto de “técnicas complementarias” que se observa en occidente, así como del rol de las personas en los procesos curativos, ignorando el desarrollo milenario de la medicina china. Afortunadamente, la integración se va produciendo paulatinamente. Siempre es mejor sumar que restar tratándose del desarrollo del conocimiento en cualquier área.
¿Cómo podría ayudar a las personas la práctica del Qi Gong frente a estos tiempos difíciles que nos toca vivir, tanto en Chile como en el mundo?
El Qi Gong aporta al desarrollo consciente de la integración cuerpo y mente, en este sentido se podría decir que es una herramienta de autocuidado. Los conceptos de equilibrio dinámico y en constante transformación (yin/yang) que impregnan los fundamentos de la MTCH, se van incorporando a través de los movimientos secuenciales. El trabajo respiratorio ayuda a mantener la atención en el detalle de cada movimiento, sintiendo el propio cuerpo. La práctica va generando un estado de conciencia corporal y una sensación de bienestar que, una vez la reconoces, la vuelves a buscar. Por ejemplo, si una tensión te genera dolor en los hombros, vas a lograr identificar cuando en tu vida diaria tus hombros están tensos y vas a buscar solucionarlo; identificar la diferencia entre tensión y relajación es un desarrollo de conciencia corporal. Respondiendo entonces a la pregunta, esto se va extendiendo a otras esferas cotidianas, identificando los elementos del entorno que favorecen o propician bienestar o malestar.
Además, la energía que se genera al practicar en grupo genera un espacio de pertenencia y contención: se aprende a reconocer el propio proceso de aprendizaje y el de los demás. En este sentido, las dificultades y los logros se van identificando y construyendo. Reconocer las similitudes en los procesos disminuye el juicio sobre uno mismo y sobre las otras personas. Cada quien tiene su propio ritmo y condición.
De hecho y para finalizar: justamente a esto último apuntan las instancias de prácticas abiertas y gratuitas que hemos ofrecido en CasaFen, las que han tenido una muy buena respuesta de vecinas y vecinos de nuestro barrio. El desafío es seguir en esta línea…permitiendo que nuestro encanto sea también nuestro servicio a la comunidad.