Como psicóloga empecé a trabajar a partir del 2008, trabajo que comenzó con atención a niños de 4 a 12 años de edad, integrando posteriormente el trabajo con adolescentes y sus familias. A partir de allí he trabajado en el ámbito infanto-juvenil en fundaciones y en consulta privada con adultos.

En mi búsqueda, tanto personal como profesional, me fui encontrando con diferentes terapias complementarias, siendo la terapia floral de Bach, en su simpleza, un apoyo importante con las emociones que afectan a toda persona y por ello una parte significativa de todo trabajo psicoterapéutico. Al mismo tiempo, esta terapia ha enriquecido las herramientas de mi quehacer profesional, permitiéndome ser una profesional más completa y de esa forma entregar un servicio más integral a cada consultante.

Si bien mi interés inicial fue especializarme en atención infantil, mi experiencia terapéutica con niños y adolescentes me ha permitido valorar la necesidad de trabajar con su entorno incluyendo padres y/o otras figuras significativas en sus vidas. De ahí mi interés de trabajar tanto con niños, adolescentes y adultos para apoyar a las distintas fases de nuestras vidas.

Trabajo desde el punto de vista de que cada ser humano es único,  tiene su propia historia y formas de enfrentar las situaciones que le suceden en la vida. Y por ello cada proceso es personal y diferente. Para mí el rol de terapeuta es el de guiar y  apoyar a la persona para que esta sea quien genera los cambios de su propia salud, acciones y vida.